11 de octubre de 2012

Agotamiento post-vacacional



Hace tiempo que no escribo. No es que no me pasen cosas, no es que reflexione, no es que no tenga nada que contar. Creo simplemente que estoy cansada. O tal vez también atascada. Tal vez ambas cosas.

Lo que pasa es que pasan demasiadas cosas.

Las vacaciones han sido intensas, muy intensas. Familia al completo -con abuelos, tíos, sobrinos y demás-, convivencia durante dos semanas, distintas perspectivas sobre el mundo, sobre cómo educar a los niños…Agotador (esto ya os lo contaré en un post – o en varios – otra día, porque da para mucho).

Y la vuelta ha sido gloriosa. Desde comienzos de septiembre, casi cada día, la madre de "la peque" se ha colado en nuestra rutina diaria con un plan, con un cambio de plan, con varias visitas médicas, con sms, con llamadas, emails, con posibles planes de mudanza y con varios detalles tal vez anecdóticos pero molestos e hirientes. Y eso, os puedo asegurar, cansa. Claro que "la peque" es importante, eso no hay que ponerlo en duda. Pero hay otra niña en esta familia, y otros adultos, y otros coches que llevar al taller, y otras citas médicas, y otras presiones laborales, y se juntan muchas cosas.

Yo entiendo que la madre de "la peque" pida responsabilidades al padre, y entiendo que mi marido debe estar ahí, para eso es el padre. Pero bueno, la coparentalidad es lo que tiene. El compromiso y la responsabilidad, a veces, agotan.

Pero lo que más agota es que, después de demostrar cada día que eres un padre involucrado, flexible, colaborador, respetuoso, te griten en la puerta de su casa un día cualquiera en un "intercambio" de la peque: "la niña es mía, en un 95%!!!!!!!!!!!". Y se quede tan pancha. Uff!!! Cómo le gustan a esta mujer los títulos de propiedad!

Y me cansa a mí, por que él ya no tiene ni fuerzas para enfadarse. Os reconozco que a mí me tiene totalmente agotada, y eso que no soy quien debe hacer encaje de bolillos para acomodar la necesidades de todos y siempre andar con pies de plomo para no perderse nada de "la peque" porque corre el riesgo de ser acusado de mal padre.

Menos mal que el cansancio no nos ha quitado aún las ganas de estar juntos, de reir, de abrazarnos, de tocarnos, de construir familia. Si eso llegara a ocurrir habré perdido la batalla. Hasta entonces, aquí seguimos.

1 comentario:

  1. ayyy amor¡¡¡ cuanto pesa la vida a veces¡¡¡ cuantas mochilas, entre las nuestras, las suyas, las del otro..hay veces que pesan demasiado y cuesta levantarse, porque pueden mas que tu.
    Aprende a cuidarte¡¡ eres imprescindible¡
    tq

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