26 de noviembre de 2012

La madre coraje: "Porque yo lo valgo"

La madre coraje se pasa el día recordándole al mundo que es madre, y que no es una madre cualquiera, es la mejor madre del mundo.

La madre coraje se jacta de renunciar a su vida por la crianza de los pequeños, pero no deja de ir a la piscina ni a clase de pilates porque es crucial para sus glúteos. La madre coraje trabaja a tiempo parcial porque lo más importante es poder pasar tiempo con sus hijos, pero nunca renuncia a una buena siesta mientras la cuidadora o el padre van a buscar a los niños al cole.

La madre coraje no descuida un detalle y quiere que sus niños hagan las actividades extraescolares más adecuadas. La madre coraje tiene energía ilimitada para dar discursos y escribir largos emails sobre las bondades del deporte para el desarrollo de los churumbeles o de la importancia de la música para la disciplina y la atención. Pero la madre coraje no tiene tiempo, ni dedicación ni disciplina para llevar a los peques a la clase de ballet, de tenis o de piano. Lo delega al padre, casi siempre, o a la cuidadora, si tiene la suerte de poder pagarla.

La madre coraje tiene siempre una queja, una palabra de desprecio o un comentario hiriente si la falda del uniforme no está bien planchada o si la camiseta tiene una mancha de tomate mal lavada.  La madre coraje no plancha ni lava la ropa, para ello tiene siempre alguien que lo haga y, por supuesto, para echarle una buena bronca si las cosas no están a su gusto.

La madre coraje hace sentir culpable a sus retoños por querer a otros, ya sea el propio padre de las criaturas, la seño del cole, la cuidadora, o la dentista. La madre coraje se sabe la mejor y no acepta competencia.

La madre coraje ve a sus hijos como los mejores, los más altos, más monos, más aplicados, más sociables y lo dice. Comparte las maravillas de sus hijos con quien esté dispuesto a escuchar. Siempre encuentra un buen momento a la salida del colegio, en la parada del bus o en un cumpleaños, para recitar qué buen trabajo hace como madre. La madre coraje no ve una mala nota ni un mal comportamiento. Siempre responsabiliza  de aquello que no le gusta - ya sea que la cría se muerde las uñas, o que no presta atención en clase – a otro que le pilla de paso. La madre coraje no conoce la auto-crítica, las cosas son culpa del padre, del profesor, de la limpiadora o de la pobre vecina del quinto.

La madre coraje tampoco ve que hay padres, que hay otras madres, otras vidas, otras formas de crianza. La madre coraje es fiel al anuncio de L'Oreal París "Porque yo lo valgo" (al fin y al cabo ha crecido con él y comparten edad).  

¡Las madres corajes, que me perdone Belén Esteban, son insoportables!


Este post es mi pequeña colaboración a un blog muy divertido http://hijanohaymasqueuna.blogspot.be/ que suelo seguir. Cada lunes Flor incluye con gracia e ironía un "modelo de madre". Como ella misma afirma son modelos puristas y exagerados y no tratan de ofender a nadie. A mí me apetecía contar este modelo de madre con la que me encuentro a menudo y tenía ganas de caricaturizarlo. 


 

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