30 de abril de 2014

Un mañana cualquiera



Como casi siempre me he levantado la primera. Tres mochilas, tres pares de zapatillas, tres meriendas están ya alineadas en la parrilla de salida, esperando pacientes a que sus dueños se levanten y salgan para el cole.

Hoy me toca despertar a los peques y también al papi, parece que esta mañana de miércoles nadie quiere levantarse. Yo tampoco quería, pero qué remedio, no? Ni siquiera el bebé "despertador" parece que tenga ganas de ir a la guarde!

Levanto persianas, doy besos, pongo desayunos, ayudo con la ropa. Péinate, ponte los calcetines, no te manches por favor…. No olvidar que "la peque" debe llevar la ropa de gimnasia, mi chiquitina un cartón de leche para una manualidad, y meter en la mochila la gorrita y la crema solar para mi canijo.

Ya me he duchado, me pongo los pantalones mientras me voy secando el pelo.

Al final todo listo.

Todos salen a tiempo y con todo lo necesario.

Papá les lleva.

Hoy "la peque" tiene una actividad en el cole para los padres, yo no puedo ir. Mi hija mayor se despide de mí llamándome por mi nombre de pila, muchas veces lo hace cuando "la peque" está en casa. Supongo que aún no comprende del todo que su madre no es la madre de su hermana. Me sabe fatal… pero intento que no se me note.

Se van en el coche.

Ni siquiera he podido tomarme un café. Me pongo mi crema de cara. Ya son las 8:30. Me voy al trabajo.

Siento algo parecido a un vacío en el estómago, me hace falta una tostada… y darme cuenta de que algunos vacíos no se llenarán nunca… yo apoyo la logística, pero no puedo participar de algunas cosas… cuanto antes lo acepte mejor... para algunas cosas no tengo invitación, soy sólo la madrastra…

Cuando esta tarde salga de trabajar seré sólo madre. Hoy "la peque" estará con la suya. Esta tarde me llamarán solo "mamá". A veces es un alivio tener un único rol y dejar los malabarismos por un rato! 


  

2 comentarios:

  1. Siempre te digo lo mismo pero... cuánto te entiendo. Y qué duro es esto. Y cuántas veces le dan a una ganas de mandarlo todo a hacer puñetas.
    A lo largo de todos estos años, yo he aprendido a relativizar un poco las cosas, e intentar hacer mi vida, sin querer arreglar el mundo, porque al final una acaba agotada emocionalmente. La pareja se resiente, estamos de peor humor, dejamos a un lado nuestra PROPIA vida... Y eso, no puede ser.
    Disfruta de tus niños, relativiza el resto de las cosas. Desafortunadamente, no podemos cambiar el mundo ni el rumbo de las cosas.
    Un abrazo muy fuerte.

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  2. Un abrazo muy fuerte tambien por mi parte (detras de la pared donde trabajas)!

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