12 de abril de 2012

Es un chico normal, qué raro, no?


Hace ya unas semanas que mi amiga del alma (una de esas amigas que están siempre ahí aunque no las veas y que tuve la suerte de encontrar en la multitud de la vida universitaria) me dice por teléfono: "pues eso… que somos pareja, bueno, que salimos… bueno que no sé cómo decirlo porque hace ya mucho tiempo que no me pasaba…".

Para poneros en antecedentes os diré que Eva siempre vive intensamente, quiere mucho y quiere pronto, a veces demasiado. Tuvo un hijo con un hombre que nunca se ocupó de ella, tampoco de su bebé. Tan sólo desapareció al saber del embarazo y ya está. Hace ya más de tres años de esto y Eva siguió para adelante con dignidad, valentía y alegría.

Ray nunca ha recibido de su padre una pensión alimenticia, ni una llamada por su cumple, ni un regalito por navidad, ni nada de nada… Gracias a este tipo de hombres innombrables el resto de padres, buenos padres, tienen que vivir bajo la presión de tener que demostrar día tras día y hora tras hora que no van a desaparecer, que quieren a sus hijos, que son responsables… algo que se nos presupone a la madres tan sólo por parir…pero este es otro tema y no me quiero desviar.

Ser mujer de treinta y tantos con un hijo pequeño no debería ser un problema para encontrar pareja, pero a veces lo es. Los hombres se sienten abrumados, superados, desatendidos, y no sé que otro montón de cosas y no son capaces de comprometerse con una situación así. Pero tras años de soledad compartida a medias con hombres que van y vienen y se inventan excusas de lo más divertidas y variopintas (a uno le surgió un negocio en México de un día para otro y ya no volvió, otro le contó una milonga sobre que no es su momento para salir con alguien y salió a los pocos días con su compañera de trabajo, y cosas así), por fin aparece Saúl.

"Es normal", me dice Eva. "me llama cuando dice que va a llamarme, salimos a merendar con Ray, vemos una peli… es raro, no?".

Y es que lo normal se convierte en raro cuando estás acostumbrada a promesas incumplidas.

Ahora pasan tiempo los tres juntos. Se están acostumbrando a la nueva vida. Todos tienen que aprender. Todos tienen que adaptarse. Todos tienen que abrir su corazón y compartir. Y en eso están.

Saúl tendrá que mimar a su chica y a su hijo, cuidar que no se les resfríe el corazón, poner velitas para una cena a dos, ver pelis de Disney, jugar al tragabolas (yo les regalé este clásico de los juguetes y a Ray le encanta), y meter en el carrito de la compra los phoskitos que hace ya décadas que no compra. Tiene que ganarse un papel en la vida de Eva y Ray. Con Eva parece que lo está haciendo bien porque la tiene "en el bote". Y con Ray tiene que lidiar, y tendrá por mucho años me temo, con cuestiones anecdóticas y cuestiones de principios: si le ayudo con los deberes o me limito a jugar al fútbol en el parque; si le enseño a poner la mesa o mejor dejo que sea su madre quien ponga las reglas; y un largo etcétera.

Desde mi experiencia creo que para que salga bien no vale mirar desde la barrera, hay que involucrarse y ganarse un papel con los hijos de tu pareja. Sin imposiciones y con mucho cariño, con diálogo y juegos. Pero hay que estar presente.

Y ahí Eva tendrá, si quiere, que darle un hueco. Eva tendrá que aprender a compartir a su hijo, a aceptar que sus macarrones con tomate ya no sean los mejores del mundo, a que prefiera jugar con Saúl a los coches de carrera. Para Eva también es una lección de amor.

Para Ray…bueno Ray es aún muy pequeño y ya nos irá demostrando a todos cómo asume la nueva situación. Pero conozco su corazoncito y estoy segura que sabrá querer y ser querido. Que ve la sonrisa de su mami e intuye la felicidad en su piel y que comprende que tres es un número mucho mejor que dos para jugar al parchis.

En fín, ya lo irán descubriendo. Y yo espero estar ahí para vivirlo con ellos.

3 comentarios:

  1. Uff, una se queda sin palabras ante la profundidad de las tuyas...parece sencillo, la vida a veces parece sencilla, y nada mas lejos de la realidad. Sencilla es para quien no se la plantea, para quien no la vive. El resto, sobrevivimos intentando ser felices y superando los baches. Tus palabras nos acompañan a muchas mujeres.

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  2. Gracias por leer el blog!!! Somos cada vez más las familias "modernas" con nuevas parejas, hijos de distintas relaciones, amores rotos y amores nuevos. Hay que reflexionar, comunicar y quererse mucho! Ser feliz no debería ser tan difícil:)

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  3. Bravo! Qué bien has contado la historia! Nos marca la vida nuestra relación con los demás, sobre todo las relaciones amorosas, pero siempre hay tiempo para una misma, para corregir el rumbo. Conozco a Eva y sé que no le cabe en el cuerpo el amor recibido por la narradora. Olga

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